Visitar la TLP Tenerife Lan Party se ha convertido en una de mis citas obligatorias anuales. Confieso que a medida que pasan los años me resulta más complicado entender según qué cosas que pasan alrededor. Jóvenes que saltan, todos a una, ante determinado estímulo en el ordenador, abrazos gratis por doquier y corear al unísono canciones en japonés, son cosas que me hacen ver que en algunas cuestiones ya se me pasó el arroz.
Es cierto que hay muchos adultos en la TLP, no solo los organizadores y muchos participantes, sino también esos padres y madres abnegados que acompañan a sus criaturas que no han alcanzado la edad de ir por su cuenta. Normalmente los distingues por su gesto adusto y de resignación ante una situación que no les apetece mucho, pero que se tienen que tragar.
Pero este año nos ha pasado una cosa curiosa y es que mi socio y amigo Ernesto escuchó a dos jovencitas teleperas susurrar: «pero, ¿hay frikis tan mayores?», cuando pasaron a su lado. Ya ni siquiera te salva llevar una camiseta con mensaje de Star Wars, haber conocido a Nolan Bushnell, saber quién es Stan Lee o conocer la versión no anime de Lobezno.
Eso sí, la dignidad es lo primero, así que Ernesto respiró hondo, recogió su orgullo maltrecho, se atusó su camiseta de Pampling y siguió paseando su señorío friki por la TLP.
Imagen de cabecera de Ernesto R. Ageitos.
Nota: Esta columna de opinión salió publicada en la sección «Enredad@s» de la edición impresa de Canarias7 el 23 de julio de 2014.